El ojo humano tarda cierto tiempo en acostumbrarse a la oscuridad, así que aún tardaremos unos segundos en poder ver más claramente la bóveda celeste. Mientras tanto, les diremos que este planetario fue construido por profesores y alumnos del I.F.P. de Güímar con el objetivo de que sirviera de ayuda para aprender a localizar en el cielo las principales constelaciones. Su cúpula inicial era rígida y por tanto no era transportable, así que, con la colaboración de I.N.I.C.E. - Canarias, se construyó este modelo que estamos utilizando.
Ahora que nos hemos acostumbrado a la oscuridad podemos empezar a localizar estrellas y constelaciones, que señalaremos ayudándonos de la flecha roja de la linterna.
La altura a la que veamos las constelaciones va a depender de la época del año y de la latitud en la que estemos situados. A primera hora de la noche en primavera y verano podemos ver fácilmente la Osa Mayor, y en otoño e invierno es fácil de localizar la constelación de Orión. Ambas de gran tamaño en el cielo, por lo que nos servirán de referencia para encontrar otras constelaciones.
Empezaremos con la Osa Mayor, que aunque es visible durante todo el año, se muestra en lo alto del cielo a primera hora de la noche durante el verano, lo que permite localizarla con facilidad.
Esta parte de la Osa Mayor se llama el Gran Carro, es la parte más luminosa (se denomina "asterismo" a las estrellas que se localizan más fácilmente en una constelación) y se ve con facilidad su forma de carro.
Vamos a intentar ver la razón de que se llame Osa. Con un poco de imaginación y paciencia se puede ver una osa: veríamos el rabo, el cuerpo, estas tres estrellas conformarían la cabeza y las patas.
Si partimos de estas dos estrellas del extremo del carro y las prolongamos cinco veces hacia el Norte, encontraremos una estrella poco luminosa pero fácil de localizar, ya que tiene muy pocas estrellas a su alrededor. Esta es la Estrella Polar, una estrella doble que marca el Norte y aparentemente el cielo gira alrededor de ella cada 24 horas. Por ello, todas las estrellas parecen moverse, excepto la Polar, que permanece prácticamente quieta.
En realidad, la Estrella Polar marcará el Norte en el año 2100, ya que en este momento el eje de la Tierra no coincide exactamente con la Estrella Polar, aunque pasa cerca.
Dentro de 13000 años en el eje de la Tierra estará otra estrella que luego veremos: Vega.
Esto se debe a que la Tierra, aparte de los conocidos movimientos de rotación y traslación, tiene otros movimientos. Uno de ellos, llamado de "precesión", hace que el lugar al que apunta el eje vaya variando con el tiempo, completando un ciclo cada 26000 años.
La Polar pertenece a una constelación llamada Osa Menor, poco luminosa, por lo que para observarla debemos ir a un lugar muy oscuro en una noche muy limpia.
Tras localizar la Osa Mayor y la Estrella Polar podemos buscar otras constelaciones.
Vamos a localizar ahora la constelación de Casiopea. La podemos encontrar partiendo de la segunda estrella de la cola de la Osa Mayor y pasando por la Polar hacia el Sur. Es fácil de ver su forma de W o M deformada.
A su lado podemos ver Perseo, de la que vemos la cabeza, el cuerpo y las piernas.
Debajo de Perseo está el Auriga, localizable prolongando la diagonal del cuadrado del Gran Carro que no es prolongación del eje. Tiene esta forma como de casita, y una estrella muy luminosa, llamada Capella.
Prolongando el eje del Carro a través de la diagonal encontramos dos estrellas muy luminosas, los gemelos Cástor y Pólux, que pertenecen a la constelación de Géminis, que es muy poco luminosa a excepción de las propias Cástor y Pólux.
Esta es una de las constelaciones del Zodíaco, que es la franja del cielo que va recorriendo el Sol en su movimiento aparente por el cielo a lo largo del año.
Respecto a estas constelaciones, y como curiosidad, diremos que las fechas del año correspondientes a un determinado signo fueron fijadas hace 2000 ó 3000 años y que los movimientos de la Tierra, como el ya citado de precesión, han provocado que esas fechas se desplacen, de manera que hoy en día, aunque el signo de Géminis sea del 20 de mayo al 21 de junio, en esas fechas el Sol no está en la constelación de Géminis, sino en la de Tauro.
Ya que estamos en Géminis y en el Zodíaco, hay sólo unas pocas constelaciones del mismo que sean llamativas: Tauro (con la V de los cuernos), Escorpión (con su cola curvada sobre el cuerpo), Géminis (con sus dos estrellas gemelas), Sagitario (con forma de trapecio) y Leo. Podemos encontrar esta última prolongando hacia el Sur el lado corto interior del Gran Carro, hasta encontrar Régulo, que es la principal estrella de la constelación. Junto con Denébola forma el cuerpo echado del león, con su cuello por encima de Régulo. Todas las constelaciones del Zodíaco se caracterizan por estar en el plano de la eclíptica, en el que también están el Sol, los planetas y sus satélites, y que está inclinado con respecto a nuestro horizonte en función de la latitud.
Veamos ahora que, prolongando la línea que une las dos últimas estrellas de la cola de la Osa Mayor, encontramos la constelación del Boyero, que contiene a Arturo, que junto con Vega son las estrellas más luminosas visibles desde el hemisferio Norte.
Al lado de Arturo está la Corona Boreal, con forma de arco, y algo más al Norte está Lira, en la que podemos ver la citada y brillante Vega.
Sobre Vega está la constelación del Cisne, con forma de cruz, de la que podemos ver el pico, con la estrella Albireo, las alas desplegadas y la cola, con una estrella muy brillante: Deneb. Algunos sólo ven una cruz y la llaman la Cruz del Norte por contraposición a la Cruz del Sur, situada en el hemisferio Sur celeste. El Cisne se puede encontrar prolongando hacia el Norte el lado corto interior del cuadrado del Gran Carro.
Se conoce como Triángulo de Verano al formado por Deneb (del Cisne), Vega (de Lira) y Altair (en el Aguila).
Para terminar veremos una de las más bellas constelaciones del cielo de invierno: Orión, el guerrero mitológico.
Consiste en un gran cuadrilátero incluyendo la rojiza Betelgeuse y la azulada Rigel. En su interior podemos ver las Tres Marías, alineadas y formando el cinturón de Orión, del que cuelga a modo de espada un grupo de estrellas que contiene una de las más impresionantes nebulosas del cielo.
Partiendo de esta constelación y prolongando las Tres Marías hacia el Sur encontramos otra estrella muy luminosa: Sirio.
Sirio es la estrella más luminosa del cielo, con un color verdoso. En realidad es una estrella pequeña, pero está muy cercana a nosotros y por eso la vemos brillar tanto.
Prolongando la línea que une las Tres Marías con la esquina del cuadrilátero de Orión contiguo a Betelgeuse, encontramos Aldebarán y siguiendo un poco más está Tauro, con sus característicos cuernos, y las Pléyades, una nube de estrellas muy espectacular.
En este planetario no se pueden ver los planetas (debiéramos llamarlo "estelario"), pero si alguien está interesado en observarlos, algunos son fáciles de encontrar por su brillo, como Júpiter, Saturno, Marte o Venus. A la salida del planetario podrás ver un gráfico del aspecto del cielo hoy a primera hora de la noche, que te permitirá localizarlos
Con ésto acabamos y no olviden que el cielo real es incomparablemente más hermoso que lo que aquí han podido ver.
Si con esta breve visión astronómica hemos conseguido que aflore su interés por el cielo y salen al exterior a mirar, habremos conseguido nuestro objetivo. Muchas gracias.