LA CULTURA DEL CORREO ELECTRÓNICO
Es muy sencillo utilizar el correo electrónico, tanto para enviar mensajes individuales
como para participar en foros de discusión. Sin embargo, el lenguaje escrito es diferente del oral,
ya que éste se puede matizar siempre con gestos y entonaciones. Es un problema, pues, el que las
comunicaciones electrónicas hayan perdido el lenguaje corporal y la entonación de la voz,
componentes fundamentales de la comunicación efectiva. Ésto lleva a que un mensaje pueda ser
interpretado con un sentido totalmente opuesto al que haya querido darle su autor. Por otro lado,
la comunicación electrónica también presenta ciertas ventajas: al no existir una imagen física del
interlocutor se evitan con mayor facilidad problemas de índole racista, sexista, etc.; no se puede
juzgar a una persona por las apariencias, sólo por lo que escribe.
Hay autores que afirman que comunicarse por correo electrónico es un arte. Esta
afirmación puede ser discutible, ya que no es probable que en el mundo existan tantos millones
de "artistas". Lo que sí es cierto es que con algo de sentido común y una actitud favorable para
aceptar ciertas convenciones, puede sacarse mucho rendimiento a esta potente herramienta.
Todo ello ha hecho que se haya desarrollado de forma espontánea a lo largo de los años
una cierta cultura del correo electrónico, es decir, un conjunto de estilos, usos y costumbres que
han de guardarse en el trato con los demás usuarios. Estas normas de comportamiento se han
llegado a denominar netiquette ["retiqueta", etiqueta de la red], algunos de cuyos aspectos más
importantes se indican a continuación. Muchos de ellos se basan en que no hay que olvidar que
la comunicación escrita es muy fría e impersonal y, por tanto, cada uno es visto por los demás
tal como escribe.
- El secreto en las comunicaciones electrónicas no está garantizado en ningún caso: es ésta
una regla fundamental del correo electrónico. Una vez que la correspondencia abandona
el ordenador del autor de la misma, pasa a otro ordenador, y ya no se tiene control sobre
quién tiene acceso a ella. Por otro lado, téngase en cuenta que de cualquier soporte
informático generalmente se efectúan copias de seguridad [backups], lo cual hace que un
mensaje, aunque sea borrado, pueda ser encontrado. Por tanto, no se debe transmitir
nunca información confidencial por correo electrónico y muchísimo menos, claves de
acceso a sistemas informáticos.
- La línea de resumen del mensaje ha de ser muy clara y concisa. Muchas veces se utiliza
para evaluar si el resto del mensaje merece o no ser leído.
- El cuerpo del mensaje no ha de ser muy extenso. No debería tener más de dos pantallas
de unos 70 caracteres por línea. El texto ha de ser ortográfica y sintácticamente correcto,
aunque por motivos técnicos se admite la ausencia de acentos y marcas diacríticas (en
general, cualquier carácter ASCII mayor que 128). Generalmente no se comienza el texto
con un saludo, ni se finaliza con una despedida, pero sí suele terminarse con una firma,
cuyas características se detallan más adelante.
- Las mayúsculas deben usarse de igual forma que en cualquier otro texto escrito. Un
mensaje escrito sólo en mayúsculas se lee con mayor dificultad y, sobre todo, es
interpretado como que se está GRITANDO [SHOUTING].
- La acotaciones [quotes] son fragmentos de un mensaje al que se está respondiendo, que
se incluyen en la propia respuesta a modo de referencia, para que el destinatario sepa a
qué parte de su mensaje se le está contestando. Las acotaciones se distinguen visualmente
del resto del mensaje en que las líneas acotadas comienzan con el carácter ">" y se
construyen con líneas completas del mensaje original.
- El énfasis en el texto se puede perder en el correo electrónico, ya que algunos sistemas
no pueden transmitir los códigos de control que se suelen utilizar en los procesadores de
texto (principalmente negritas y cursivas). Sin embargo, a veces es importante resaltar
algunas palabras para dar mayor sentido a un texto. En estos casos se acepta normalmente
el uso de *asteriscos* alrededor de una palabra o frase para indicar letra negrita y el uso
de _caracteres de subrayado_ para indicar letra cursiva.
- Las emociones o matices del texto con gestos derivados del lenguaje oral pueden ser
expresadas gracias a un lenguaje especial desarrollado por los usuarios del correo
electrónico: se trata de las "caritas" o "caretos" [smilies o smileys], cuyo uso está tan
extendido, que existen incluso varios "diccionarios informales" al respecto.
- Las abreviaturas deben evitarse en lo posible; no obstante se pueden abreviar expresiones
inglesas comunes en mensajes informales para ahorrar tiempo. Estas abreviaturas siempre
se escriben con mayúsculas y muchas de ellas se han popularizado de tal manera que
existen también varios "diccionarios informales" sobre ellas.
- La firma suele ser un elemento usual en los mensajes. A veces sólo se utiliza texto y no
puede incluirse una firma manuscrita, por lo que se suele entender como tal firma un
conjunto de líneas de texto (preferentemente hasta 4) que incluyen el nombre completo,
la organización y el modo de contacto con el autor. Muchas veces incluyen una línea con
una cita ingeniosa, conocida como tag [apéndice], un elemento expresivo adicional en el
correo electrónico. A este respecto conviene mencionar que se ha creado también una
cierta "cultura del tag", existiendo numerosos usuarios que dedican grandes esfuerzos a
crear frases nuevas o a coleccionar las que van encontrando en los mensajes que reciben.
Cabe mencionar finalmente que las firmas generalmente no se escriben directamente en
el mensaje, sino que se incorporan al mismo a partir de un fichero de texto que se ha
creado y almacenado previamente.
- Los insultos [flames] se producen con poca frecuencia en el correo electrónico. Los
motivos son varios: o bien un mensaje no ha sido bien interpretado por su destinatario y
éste, antes de pedir explicaciones, responde impulsivamente, o bien el insulto es generado
conscientemente por algunos usuarios que lo consideran un pasatiempo. En cualquier
caso, no debe perderse nunca la calma: conviene leer siempre dos veces un mensaje antes
de enviarlo, ya que el envío es irreversible. Si en necesario, esperar un tiempo hasta que
se calme el ánimo, no sea que luego haya que arrepentirse de algo que ya no tiene
solución.
En resumen, las simples normas de comportamiento que se han indicado aquí, junto con
las normas técnicas sobre la identificación de los mensajes, permiten que en el mundo del correo
electrónico exista concordia, la educación y el buen humor. Aunque todo el mecanismo lo realizan
potentes máquinas, no debe olvidarse nunca que detrás de cada una de ellas siempre hay personas,
y el respeto hacia las personas es un deber ineludible.