DISCO DURO
- No usar el disco duro como único lugar de almacenamiento. Debido a la gran cantidad de
información que puede almacenar el disco duro, los programas y datos en él contenidos son
los que corren mayor riesgo de ser contaminados.
- No grabar un sistema operativo en el disco duro a partir de un disco flexible dudoso. Si la
copia del sistema operativo no está verificada completamente, no ha de realizarse esta
operación, por los motivos ya indicados anteriormente.
- Comprobar los discos flexibles antes de copiarlos en el disco duro. Antes de introducir la
información contenida en un disco flexible al disco duro, el primero debe pasar unas pruebas
de seguridad, dependiendo de su procedencia. La posible contaminación de un disco duro
puede ser difícil de combatir, debido a la gran cantidad de información que contiene.
- Asignar el atributo de solo lectura a los ficheros ejecutables. Con ello se puede evitar que
algunos virus se reproduzcan sobre los programas; sin embargo, al ser una asignación lógica
y no física, el virus también puede ser capaz de cambiar el atributo del programa e introducirse en él.
- Realizar copias de seguridad periódicamente. Las copias de seguridad [backups] del disco
duro pueden desempeñar dos importantes funciones: por un lado, una labor restauradora de
los datos en caso de daños; por otro, una labor de detección, porque permiten la comprobación entre dos copias del mismo fichero, de parámetros tales como tamaño, atributo,
fecha, etc.
- Hacer un sistema rotativo de copias. De esta forma se evita que la única copia de que se
disponga pudiera haber sido realizada cuando el disco duro ya estaba contaminado. Con un
ciclo de copias de podrá controlar el alcance de la contaminación, los programas dañados,
la fecha aproximada de manifestación del virus e, incluso, su posible procedencia.