EL TONO

Se llama "tono" en una fotografía a la escala de grises que en ella figuran. La escala general de tonos en blanco y negro va del negro más intenso al blanco, pero en una fotografía pueden aparecer solamente los grises de una zona determinada de esa escala total.

Llamaremos por tanto a una fotografía "de tonos dominantes bajos" si en ella aparecen los grises oscuros hasta el negro, es decir, el extremo más bajo de la escala, aun cuando haya algún tono más claro. Lo que contará para denominarla así serán las tonalidades generales, -por eso decimos dominantes- que resultarán oscuras.

Por el contrario, una fotografía de tonos claros y grises pálidos en la que no figurasen apenas tonos oscuros sería denominada "de tonos dominantes altos".

Ampliando algo más el tema diremos que una fotografía de tonos dominantes bajos, o sea con predominio de tonos oscuros, no es el resultado de una exposición o revelado inadecuados sino de una exposición correcta con iluminación limitada a las zonas importantes. Estas zonas aparecerán con gran detalle si la exposición es correcta, pues si es corta se perderán los detalles en las zonas intermedias y si es demasiado larga se perderá el detalle en la zona más iluminada por defecto de sobreexposición.

El revelado del negativo deberá ser también correcto para favorecer la aparición de detalles en las zonas de sombre. En cuanto al papel, deberá poder dar negros muy intensos pero al mismo tiempo deberá dar buena definición de las zonas oscuras intermedias.

Los tonos dominantes altos son producto de una cuidadísima iluminación muy difusa, a fin de eliminar todo contraste, sombra o dureza que pueda haber. Debe revelarse con un revelador diluido que dé un negativo débil.

Al positivar deberá hacerse igualmente con papel muy suave para lograr el máximo interés sobre las zonas claras y procurando que las más oscuras no pasen de ser grises medios.

Esta técnica es apropiada para teatros de niños, o de mujeres muy rubias y de tez pálida, para desnudos femeninos, para paisajes con niebla y en general para temas muy delicados.

Estos casos están descritos con extremos, pues lo normal es que en la fotografía intervengan tonos altos y bajos, según los casos. Con ellos podrá el fotógrafo ayudarse en la composición ya que no sólo las masas o las líneas cuentan, sino también el tono, que influye como veremos seguidamente.

Si dentro de una fotografía de tono dominante bajo hay una zona, figura o elemento más claro, éste destacará sobre lo oscuro y se convertirá en sujeto de principal atención por lo cual habrá que tener muy en cuenta las zonas iluminadas en fotos de tonos dominantes bajos al componerlas. De igual manera, si sobre una fotografía de tonos dominantes altos hay un elemento muy oscuro, éste resaltará y se convertirá en el motivo principal. Si realmente lo es no sólo no perjudica sino que beneficia, pero si se trata de un elemento no importante sino secundario en interés se habrá perjudicado el resultado final de la foto, ya que ese elemento secundario pasará a ser centro de la atención del espectador, por sus condiciones especiales de tono que lo harán destacar sobre el conjunto.

Si hemos "visto" la composición sin tener en cuenta la luz, nos podemos encontrar con que, al positivar, aparezca un motivo fuerte de luz o sombra, sobre el que se va la vista, en un punto que desequilibre totalmente la fotografía.

Aparte de lo explicado, el tono ayuda a crear sensación de lejanía. En los paisajes se aprecia claramente con las montañas que van siendo más pálidas según son más lejanas. Esta diferencia de tonos puede conseguirse por la lejanía, por una iluminación adecuada y por el desenfoque de los segundos términos.