LÍNEAS

Las líneas sabemos que se dividen, según su forma, en rectas, curvas o quebradas. Todas ellas intervienen activamente en las composiciones, juntamente con los volúmenes. En realidad podríamos construir cualquier fotografía trazando las líneas imaginarias que predominan en ella, dándole según el tipo de líneas un carácter distinto.

Un predominio de líneas rectas dará una sensación de rigidez y si son verticales con mayor razón, suele darse en los paisajes urbanos, en los motivos arquitectónicos.

Si las líneas son horizontales la sensación será de reposo. Es la línea del horizonte, la de una persona en reposo, la de las ramas viejas (las jóvenes son verticales llenas de vida), la de los cuerpos muertos.

Si la línea recta es a su vez oblicua, ya no nos dará la misma sensación ni de solidez y aplomo, ni de reposo. Esta nos sugerirá un cierto movimiento, no tan definido como el de la curva. El movimiento de la recta oblicua es el de los árboles que se mecen con el viento, el de las gotas de lluvia al caer, el de las personas que caminan, etc.

Las líneas quebradas no son tan frecuentes y dan sensación de desorden y desequilibrio. La línea quebrada está, por lo general, falta de ritmo, ese ritmo que puede tener una sucesión de recta y que tienen las curvas, y que se ve interrumpido en las líneas quebradas al pasar de la movilidad de la curva al estatismo de la recta.

Por el contrario, la línea curva es toda sugerencia de ritmo y movimiento. Cualquier objeto en movimiento genera normalmente una línea curva; curvo ese movimiento de una bailarina en el escenario; curvas describen los pájaros en sus vuelos y hasta la trayectoria de un cohete espacial describe siempre, a pesar de su enorme velocidad, una trayectoria curva.

Es por tanto la curva la línea del movimiento, de la gracia, podríamos también añadir que es la línea de la vida pues es la única que existe en el cuerpo humano y también en el de los animales. Vea el alumno cómo no existe en los seres vivos una línea recta perfecta. Todo son curvas más o menos pronunciadas. Quédese la recta para la arquitectura y la maquinaria, con lo que confirmaremos su frialdad y falta de vida, pero no de belleza, pues cada una tiene la suya particular, su propia expresión, su momento de utilización según el tema y el sentimiento a expresar.