LOS MATERIALES FOTOSENSIBLES

La toma de una fotografía incluye dos etapas fundamentales: la formación de una imagen y la fijación permanente de la imagen. Si un material al que la luz puede alterar se expone a una imagen iluminada cambiará más intensamente donde la luz le llegue con más intensidad, y viceversa.

Es fácil comprobar esto sin necesidad de emplear materiales fotográficos: las hojas emplean la energía solar para sintetizar una serie de compuestos esenciales para su desarrollo; uno de estos compuestos es el pigmento verde clorofila: si se tapa una parte de una hoja verde con un material opaco y se deja así algunas semanas, se comprobará al levantar la máscara que la zona oculta tiene una parte verde más pálido, por haberse interrumpido el suministro de energía a la clorofila.

A principios del siglo XVIII se descubrió que algunos compuestos, sobre todo las sales de plata, se oscurecían rápidamente a la luz. Si se coge un trozo de papel y película y se deja al sol con algún objeto encima, al cabo de un rato, todas las partes no protegidas por el objeto adquirirán un color púrpura oscuro, porque las sales de plata se habrán transformado en plata metálica finamente dividida, de color negro.