FORMACIÓN DE LA IMAGEN. LA CÁMARA OSCURA
La posibilidad de formar imágenes mediante un orificio pequeño es de antiguo conocido y constituye la base de la cámara oscura. Su explicación es muy sencilla: como la luz viaja en línea recta, los rayos procedentes de la parte superior de la escena situada ante el orificio solamente pueden llegar a la parte inferior de la pantalla receptora del interior de la cámara, y viceversa, formando así una imagen invertida. Esta imagen es oscura y poco definida, porque el agujero ha de ser muy pequeño, lo que provoca una cierta dispersión de los rayos que lo atraviesan
Para producir una imagen más luminosa y definida es preciso recoger más luz y hacer que los rayos converjan; es decir enfocar. Esto exige el concurso de una lente.
Cuando un rayo de luz alcanza un material transparente como el cristal, con un ángulo oblicuo, su trayectoria se ve alterada o "refractada". Es fácil comprobar esto metiendo una cuchara en un líquido y observando cómo desde determinados ángulos parece que está doblada. Si se construye un disco de cristal más grueso en el centro que en los bordes puede aprovecharse la refracción para hacer que todos los rayos de luz converjan en un punto: hemos diseñado una lente convergente.