Eliminación de residuos sólidos por vertido controlado
El vertido controlado es el procedimiento más simple, barato y también el más
utilizado de eliminación de residuos sólidos urbanos. Para seleccionar el emplazamiento de un vertedero controlado hay que tener en cuenta los siguientes factores
principales:
- Ubicación: Es necesario conocer la propiedad del terreno, su superficie, la
cercanía de población, los servicios existentes y su posible inclusión en un plan
de ordenación territorial.
- Capacidad del lugar: Determina la vida del vertedero, ya que está afectada por
la cantidad, composición y compactación de los residuos, el sistema de vertido
y su asentamiento con el tiempo.
- Datos geológicos: Permiten conocer la permeabilidad del terreno y los
materiales que pueden ser utilizados para cubrir los residuos.
- Climatología: Las precipitaciones pueden causar problemas de escorrentía o
infiltración; los vientos pueden propagar olores, polvo y restos ligeros; las
temperaturas muy bajas pueden provocar heladas que impidan manejar el
material.
- Datos hidrológicos: El conocimiento de la ubicación de acuíferos permite
tomar medidas para evitar su contaminación.
- Inventario biológico: Proporciona información sobre las especies vegetales y
la fauna de la zona, con objeto de evitar la influencia sobre ellas.
- Utilización final: El conocer las posibilidades de empleo de la zona, una vez
finalizado el vertido, permitirá la mejora del paisaje.
El procedimiento de vertido consiste en depositar de forma sucesiva capas de
residuos y capas de material de cobertera de los espesores adecuados a lo largo de
toda la vida del vertedero. Realizadas esta operaciones, el conjunto de residuos y
material de cobertera forma una unidad compacta denominada "célula". Una serie de
células juntas en un mismo nivel forma una "terraza".
Para el correcto funcionamiento del vertedero controlado y para evitar los
posibles impactos ambientales, es necesario controlar los siguientes factores:
- Producción de lixiviados: Cuando el vertedero se moja debido a la lluvia, ésta
penetra las capas de residuos, produciendo su lavado y generando un líquido
muy contaminante denominado "lixiviado" que hay que recoger mediante
drenajes subterráneos.
- Formación de gases: Si en el vertedero se produce una fermentación
anaerobia, se genera metano, que generalmente queda embolsado en las
capas de residuos y que es necesario controlar.
- Olores y animales: El frente de vertido puede ser fuente de olores y lugar de
acudida de diversos animales; pueden evitarse estos problemas cubriendo
adecuadamente los residuos.
- Ruidos: La actividad de la maquinaria genera ruidos, que deben evitarse
mediante barreras acústicas.
- Deterioro paisajístico: El posible impacto visual de un vertedero puede
atenuarse formando barreras de vegetación y adecuando convenientemente sus
accesos.