Gestión de residuos sólidos urbanos

Los residuos sólidos urbanos (RSU) son los menos abundantes, pero son los que ocasionan más molestias a la comunidad. Su cantidad y composición depende de numerosos factores y su densidad es muy baja, por lo que ocupan mucho volumen.

El primer problema que plantean estos residuos es su recogida, que tradicionalmente es global, en un solo contenedor. Las nuevas tendencias, encaminadas a la recuperación de materias primas contenidas en ellos, o "reciclado", ha llevado a introducir sistemas de recogida selectiva de los residuos, basados en la utilización de contenedores específicos para recoger el material a reciclar.

El transporte se lleva a cabo en dos fases. La primera se realiza con camiones recolectores-compactadores aptos para circular por el interior de las ciudades. Una vez terminada la recogida, se dirigen hacia unas instalaciones ("estaciones de transferencia"), donde los residuos son trasvasados a otros camiones de mucha mayor capacidad, que son los encargados de transportarlos a su lugar definitivo de tratamiento.

Los residuos sólidos urbanos son sometidos tanto a eliminación por vertido controlado o por incineración, como a aprovechamiento para la obtención de energía, para la producción de compost o por reciclado. Evidentemente, la elección de uno u otro método dependerá fundamentalmente de su coste, que viene dado por la cantidad de residuos, su composición y los gastos de inversión y explotación.