La absorción es el proceso de transporte de materia entre una fase gaseosa y una fase líquida, basado en la solubilidad de un determinado componente de la mezcla gaseosa en el líquido absorbente. Cuando el contaminante sólo se disuelve se habla de "absorción física", cuando también reacciona con el absorbente, se habla de "absorción química".
Los sistemas de absorción suelen tener forma de columna donde se someten a contracorriente el gas y el líquido; para aumentar la superficie de contacto se utilizan rellenos diversos (anillos, hélices, cilindros). Estas "columnas de relleno" son las más empleadas en la práctica.
Después de la absorción generalmente se regenera el líquido absorbente, sometiéndolo al proceso inverso: la desorción. Para ello suele procederse utilizando una corriente de gas inerte, una elevando la temperatura del absorbente o disminuyendo su presión.