Las partículas sólidas que contaminan el aire suelen ser muy variadas. Si tienen diámetros comprendidos entre 1 y 1.000 µm (1µm, micrómetro = 10-6 m), se depositan por acción de la gravedad (sedimentables) y se conocen como polvo. Si tienen diámetros inferiores a 1 µm, no sedimentan, permaneciendo en el aire como materia en suspensión, formando un aerosol que se conoce como humo.
Cuando se produce niebla y ésta se contamina con humo, se forma una bruma conocida como "smog" ("smoke", humo + "fog", niebla). Si sobre esta bruma incide la radiación solar, pueden producirse reacciones fotoquímicas entre hidrocarburos y óxidos de nitrógeno, formándose ozono como producto intermedio, que dan lugar al denominado "smog fotoquímico", cuya composición es muy compleja. Esta bruma se produce cuando los contaminantes no se pueden dispersar y afecta a todos los seres vivos en mayor o menor medida.