Antecedentes

En 1983 se publicó el primer libro de autores españoles(1) que hacía un análisis pormenorizado de todas las fuentes renovables de energía, iniciándose una línea de aplicación de este tema a la enseñanza que culminó, en una primera etapa, en 1985, cuando se editó la primera(2) obra exclusivamente dedicada a experiencias prácticas para alumnos, en cuya introducción podía leerse, entre otras cosas:

Es probablemente una inquietud común a todo el Profesorado la conveniencia de adaptar los contenidos de las Enseñanzas Medias a las necesidades que van surgiendo con el progreso de la sociedad. Entre estos cambios, los que mayor incidencia han tenido en los últimos años, y siguen teniéndola, son la crisis de la energía y el deterioro del medio ambiente, que están provocando un cambio de mentalidad respecto al consumo de unos bienes que son escasos y a la producción de los mismos.

Mediante la explicación de los avances científicos y tecnológicos, la educación debe desempeñar una función importante con miras a crear la conciencia adecuada y a lograr una mayor comprensión de estos nuevos problemas que se le plantean a la sociedad. Esta educación ha de fomentar la elaboración de comportamientos positivos de conducta, tanto respecto al medio ambiente como a la utilización racional de los recursos energéticos.

El objetivo de este trabajo es pues, el presentar una pauta metodológica en el campo de la energía en general y de las energías renovables en particular, con objeto de que el alumno comprenda la naturaleza compleja de la energía y el medio ambiente, resultante de la interacción de aspectos físicos, biológicos, tecnológicos, sociales, económicos y culturales. Con ello se pretende que el alumno adquiera los conocimientos, los valores, los comportamientos y las habilidades prácticas para que pueda en el futuro participar, responsable y eficazmente, en la prevención y resolución de los problemas energéticos y en la gestión del mejor aprovechamiento de los recursos.

Esta labor se fue complementando con nuevas ediciones de los fundamentos básicos(3),(4), de una completa obra de consulta(5) y de la reedición de las experiencias prácticas, notablemente mejorada y aumentada(6),(7). Asimismo, y con objeto de transmitir al profesorado la concepción teórico-práctica que se estaba desarrollando alrededor de las energías renovables, se celebraron en la Comunidad Autónoma de Canarias tres ediciones del Curso Internacional sobre Formación en Energías Renovables (CIFER), en los años 1990, 91 y 92, organizadas por I.N.I.C.E.

Si bien se habían construido unos cimientos muy sólidos basados en las nuevas tendencias educativas, la aplicación a la enseñanza de este tema sólo se produjo en casos muy aislados, por profesores que sentían unas inquietudes muy poco fomentadas por las instancias oficiales.

Hasta que, en 1994, la LOGSE inventó la asignatura optativa Energías Renovables y Medio Ambiente(8). En la resolución que aprobaba esta asignatura de 60 horas (2 horas/semana), que habría de impartirse en el 4º Curso de la E.S.O. podía leerse, entre otras cosas:

En el momento actual, la energía se ha convertido en uno de los bienes más preciado, de tal forma que, en cierto modo, buena parte de las relaciones internacionales está regida por el dominio de las fuentes energéticas y de los procesos de aprovechamiento de las mismas. Si en algún momento fue éste un objetivo único y primordial, sin tener en cuenta las consecuencias de una utilización excesiva e irracional de dichas fuentes, en el momento presente, el impacto ambiental que conlleva su uso es motivo de reflexión y preocupación creciente.

Por otra parte, la relación entre la ciencia, la tecnología y la sociedad resulta cada vez más patente. Basta echar una mirada a nuestro alrededor para darnos cuenta de que no existe ninguna parcela en nuestra vida diaria que no esté directa o indirectamente influida por la ciencia y la tecnología, en general, y por el uso de la energía, en particular. Desde este punto de vista, esta materia optativa trata de integrar perspectivas que procedan de la ciencia, la tecnología y la sociedad, de modo que los alumnos y las alumnas comprendan y valoren la relación que debe existir entre progreso tecnológico, calidad de vida y respeto por la naturaleza.

El desarrollo de esta materia ha de contribuir a que las alumnas y los alumnos adquieran las siguientes capacidades:

  1. Conocer algunas causas de los problemas de aprovechamiento energético, así como su repercusión ambiental, con el fin de buscar posibles soluciones.
  2. Utilizar los conocimientos científicos para comprender algunas tecnologías empleadas en la explotación de fuentes energéticas.
  3. Relacionar el uso de las fuentes de energía con el progreso social y analizar la influencia de los factores ecológicos, sociales, políticos y éticos en el avance científico y sus aplicaciones.
  4. Comprender las informaciones de los medios de comunicación relativas a los temas energéticos y analizar las tendencias de los datos aportados (estadísticas, informes, opiniones), según las fuentes de procedencia.
  5. Reflexionar y tomar conciencia de las diferencias entre culturas, formas de vida y niveles económicos relacionadas con el uso energético, y fomentar la solidaridad.
  6. Utilizar los conocimientos adquiridos para aplicar técnicas de aprovechamiento de la energía en la construcción de pequeños instrumentos de uso doméstico.
  7. Conocer técnicas de transformación de energías renovables, así como su relación con nuevas profesiones (técnicos en paneles solares, montadores de plantas de reciclaje de residuos, etc.).

Se habían introducido las energías renovables en la educación, pero no había infraestructura didáctica. Las ediciones de I.N.I.C.E. sobre energías renovables agotaron los pocos ejemplares que aún quedaban, por lo que se decidió editar una obra que incluyera tanto los fundamentos teóricos como las experiencias prácticas(9). Todo un éxito, a pesar de que en 1997 fue publicado el único libro de texto orientado a esta asignatura y aprobado oficialmente que existe(10). Curiosamente, sólo un 20% de su contenido se refiere a energías renovables y otro tanto a medio ambiente; el resto (más de la mitad) se refiere a energías convencionales no renovables. Asimismo, y como parece ser usual en los libros de texto, carece totalmente de referencias bibliográficas.