PROCESOS TERMOQUÍMICOS
Los procesos termoquímicos de conversión de la biomasa en energía o combustibles son aquéllos en que se encuentran implicadas reacciones químicas irreversibles, a altas temperaturas y en condiciones variables de oxidación. Los métodos disponibles en la actualidad no generan un producto único, sino que dan mezclas de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos, que también poseen un elevado valor energético.
En este aspecto, si el calentamiento de la biomasa se lleva a cabo con un exceso de aire (combustión), se obtiene como producto final calor, pudiéndose utilizar éste, bien para la producción de vapor que mueva una turbina (generación de electricidad) o bien directamente en otros procesos.
Si la combustión de la biomasa no es completa, el proceso se denomina gasificación. Este proceso se puede llevar a cabo con oxígeno, lo que permite obtener gas de síntesis, combustible de gran interés actual, por la posibilidad de su transformación en metanol, o bien con aire, produciendo el denominado gas pobre, que puede aprovecharse en la línea calor -> vapor -> electricidad.
El tercer gran grupo de procesos termoquímicos se puede englobar dentro de la denominación de pirólisis, o calentamiento de la biomasa en ausencia total de aire. Por esta vía se obtienen combustibles gaseosos, líquidos o sólidos, en función de la composición de la biomasa y de las condiciones de operación. Los procesos de pirólisis actualmente más apreciados, porque permiten la producción de combustibles líquidos, son variantes del proceso general que operan con la adición de otros reactivos químicos.